Preparar todos los ingredientes que tienen que estar a temperatura ambiente.
Precalentar el horno a 180ºC.
Preparar el molde con papel para hornear.
Para hacer la base del cheescake: Triturar las galletas, derretir la mantequilla y preparar la ralladura de una naranja. Mezclar todo en un bol.
Distribuir la masa por el molde presionando con la mano.
Hornear 10 minutos.
Sacar el molde del horno y enfriar del todo en la mesa. Bajar la temperatura del horno hasta 165ºC.
En un bol mezclar azúcar glass, harina, cacao y jengibre.
Derretir el chocolate al baño Maria y dejar enfriarse hasta la temperatura ambiente.
Mezclar en otro bol el queso ricotta con yogur y zumo de naranja.
Añadir la mezcla con la harina y el cacao, batir 1 minuto.
Añadir el chocolate derretido y mezclar bien.
En un bol agregar los huevos y batir hasta que están bien esponjosos y más claros. Añadir los huevos a la masa y mezclar con cuidado.
Agregar la masa en el molde con la base y alisar bien con una espátula.
Hornear el cheescake 50 - 60 minutos, poner una bandeja con agua muy caliente dentro del horno. El cheesecake tiene que estar hecho por los bordes y moverse un poco por el centro.
Apagar el horno, abrir un poco la puerta y dejar enfriarse 20 minutos con el cheescake dentro.
Sacar del horno y dejar enfriarse del todo en la mesa.
Poner el cheescake con el molde en la nevera y dejar enfriarse 6 horas como mínimo, mejor toda la noche.
Desmoldar el cheesecake y decorar al gusto.
He decorado con las galletas trituradas por los lados y por encima con las fresas partidas en dos. Espolvorear con azúcar glass.